lo primero que hago
es mirar a través de la ventana
a esta Sevilla en domingo de ramos.
Cubre el cielo una manta
de algodones morados
y unas gotas escapan;
tenues hilos dorados,
como lágrimas blancas
recorriendo la cera
de la virgen de un paso.
Ya muy pronto, a las calles
los aromas saldrán
que desde un año antes
esperó la ciudad.
Todos los sevillanos
con sus ropas de sueños
todo el día soñando;
personajes de un cuento
que se cuenta rezando.
Entre los azahares,
primavera de flor,
las saetas se abren
de balcón en balcón.
Un sentir que recorre
cada fibra del ser
de Sevilla. La noche
ya llegó. Vine a ver
todas las procesiones
a sus templos volver.
Yo también me recojo,
al fin el pensamiento
y este poema que es sólo
de este día recuerdos.
Miro al cielo. Las nubes
ya no siguen llorando;
unas manchas azules
veo abrirse a pedazos.
Ya con prisa, termino;
llego al verso final,
que salgo este domingo
de ramos por Sevilla a pasear.
Juan Manuel O´shee
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