te vienes y te quedas
a nuestro lado. No quieres marchar
por más que la cabeza
te trata de alejar.
Nos metes tu tristeza
dentro de la razón,
se te habla y no contestas;
no existe maldición
más cruel que las preguntas sin respuestas
si quien pregunta es nuestro corazón.
Y empiezas a buscar,
miras alrededor
a alguien que te pueda consolar,
y a veces, aunque hay gente, nadie está;
tú solo y tu dolor.
Y una respiración
te llega, y un mirar
que siempre va de frente, enfrente está,
y los ojos te llena a rebosar
de afecto y comprensión,
y hablan tus manos al acariciar,
y preguntas y le oyes contestar,
y ves como la soledad marchó.
JUAN MANUEL O´SHEE
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